domingo, 29 de junio de 2008

cada día


Volaba lentamente por el suelo
Lo que salía rápidamente cuando menos lo esperaba
Solamente salía
eso decía y decía
Repetía
Abriendo sus sentidos cerraba los ojos para ver nuevamente
Y simplemente caminaba a la deriva
Una hoja era una caricia del viento
Sus ojos entendían la magia de cada día
Corría desafiando a su mente a derribar esos estúpidos obstáculos que obstruían y robaban sus sonrisas
Ganó al tiempo y suspiraba eternidades
Caminaba y caminaba
El amanecer la seguía
Ella, su sombra
La libertad ese segundo se fundía
Y nada más de estos labios salía
No era igual ni era lo mismo
Era un instante
Un minuto
Un segundo
Un sonido cayéndose en su eco hasta el infinito

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